Seguro que conocéis a algunas personas que SON SIEMPRE MÁS, que lo que hacen ES LO MEJOR, típicos ejemplos que cuando dices alguna anécdota, suceso, problema o algún logro, terminan diciendo…
PUES A MI…..
PUES YO….
ESTO NO ES NADA, LO MIO..
PUES SI TE CUENTO LO QUE ME PASO..
Personas que tienen un serio problema de EGO e incluso de falta de respeto, estoy convencido que cuando leáis este cuento os vienen a la cabeza…
He aquí la historia de un rey engreído y altanero que estaba cansado de la rutina de su vida de excesos, bebía mucho, comía con gula, no tenía hábitos y se pasaba el día de mujer en mujer. Le habían avisado que tantos excesos podrían provocarle la muerte.
De pronto se enteró que había llegado un sabio acompañado de sus discípulos, a uno de los pueblos de su reino.
Tras haberse enterado de la noticia, el rey fue donde el sabio y le pidió ser iniciado.
Frente al hecho los discípulos susurraron:
– ¡Cuidado con ese hombre! Es un hombre que nunca caminó sobre sus pies. Su palacio siempre estuvo cubierto de lujos y deleites; solo vive de excesos. y ¿Hoy de repente quiere ser como nosotros? ¿Quiere ahora abrazar nuestra vida ascética?
¡Lo más seguro y probable es que no aguante ni dos días!
Pero el sabio replicó:
– Por lo que sé este hombre será más fiel que ustedes; y si abraza nuestra vida ascética, no lo abandonará. Está harto de un extremo y ahora quiere pasar al otro.
Todos los discípulos seguían planteando sus dudas viendo el pasado de aquel hombre. Mientras tanto, el maestro argumentó:
– Yo no dudo de este hombre. Este tipo de personas tienen algo que en unos meses les explicaré y también les servirá de lección a ustedes. No os preocupéis.
Los discípulos replicaron:
– No creemos que sea capaz de caminar descalzo por las calles y mendigar su comida, o que pueda soportar las adversidades del tiempo.
El Maestro contestó:
– Será capaz de soportar mucho más que vosotros. Hacedme caso!
Ellos se rieron, pues vieron que el maestro estaba errado en esta ocasión.
El rey se unió al grupo y comenzaron a caminar. A partir de entonces, mientras los discípulos caminaban por el sendero, el rey se salía del camino para asentar sus pies sobre los espinos; si los otros se sentaban bajo la
sobra de un árbol, el rey permanecía parado en el sol. Mientras los discípulos se alimentaban una vez al día, el rey se alimentaba una vez cada dos días.
Pasaron seis meses, luego siete, ocho, el rey se volvió completamente marchito, esquelético, llagoso… su cuerpo paso de tener sobre-peso a ser una esfinge, corría incluso serio riesgo de morir.
Viendo la situación, el maestro dijo sus discípulos:
– ¿Lo veis?
Los discípulos no podían dar crédito a lo que había sucedido, pues las intuiciones del maestro se habían cumplido.
Al final, el sabio concluyó argumentando:
– El Ego siempre elige uno u otro extremo. Jamás puede permanecer en el medio. Él era rey de reyes y ahora es el monje de los monjes. Fue un rey extraordinario y ahora es un monje extraordinario. Todos esquiváis los espinos y él parece buscarlos. ¡Será siempre el número uno, haga lo que haga!
Por tanto, tened en cuenta:
¡El ego aunque perjudique a quién lo tiene y pueda provocarle la muerte, siempre encontrará un motivo para seguir SIENDO EL MEJOR!