#diariodeunmentor No eres así. Te has dejado así. Y ya va siendo hora de cambiarlo
No, no estás “hecho así”.
Tampoco naciste con la etiqueta de “soy mal empresario”, “me cuesta levantar negocios”, “no sirvo para liderar”, “a mí eso me da miedo”, o el clásico: “es que no soy una persona de esas”.
Todo eso no son verdades.
Son excusas disfrazadas de identidad.
Y lo peor: te las has tragado tanto que ahora ya te las crees.
¿La hostia filosófica que necesitabas?
Te la regalo.
Hace más de 500 años, un tipo llamado Giovanni Francesco II Pico della Mirandola (sí, un nombre que parece de vinilo barroco) escribió un texto que, vale más que cualquier mentoría que hayas pagado en los últimos 12 meses.
Se lo escribió a Adán. Pero lo puedes leer tú, que también necesitas un empujón existencial.
“Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una prerrogativa peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerrogativa que conscientemente elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves.
La naturaleza definida de los otros seres está constreñida por las precisas leyes por mí prescriptas. Tú, en cambio, no constreñido por estrechez alguna, te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he consignado.
Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses.
Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que son divinas.
Al final eso formará parte de tu propia decisión.”
Traducido a tu negocio:
– No te han condenado a quedarte donde estás.
– No estás atado a tu versión actual.
– Puedes moldearte.
– Puedes crecer.
– Puedes destruir lo que ya no sirve y construir lo que te acerque.
Pero solo si te atreves.
Como mentor, te lo digo claro:
No hay peor drama que el del empresario que repite que “es que yo soy así” como si fuera un sello en la frente.
Ese discurso mata ideas, bloquea crecimiento y anestesia decisiones.
Te lo digo porque lo he visto. En sesiones, en mentorías, en proyectos que se estancaron solo por no aceptar una verdad sencilla:
tú puedes reconstruirte. Pero no lo vas a hacer desde la comodidad.
5 mandamientos para no dejarte así:
-
Cuestiona tu identidad profesional cada 6 meses.
Lo que eras hace un año ya no te sirve hoy. Si no evolucionas, te oxidas.
-
Rodéate de gente que te rete, no que te aplauda.
Si todos te dicen “qué crack eres” cuando no facturas… huye.
-
Haz algo incómodo cada semana.
Lanza algo, presenta algo, discute algo. Si no sientes cosquillas en el estómago, estás muerto por dentro.
-
Acepta que te toca construirte cada día.
Como el mármol. Pulirte. Moldearte. Golpearte si hace falta. No para ser perfecto, sino para ser tú.
-
No esperes a que te lo diga otro.
El único permiso que necesitas para cambiar… ya lo tienes.
Y por si aún te cuesta…
Vuelve a leer a Pico.
Vuelve a mirar tu negocio como un reflejo de lo que tú eliges cada día.
Y recuerda esto:
Tú no eres así.
Te has dejado así.
Y ya va siendo hora de cambiarlo.
Porque al final, como decía aquel filósofo antes de que existieran las excusas de “no tengo tiempo”…
“Eso formará parte de tu propia decisión.”
¿Te ha removido?
Entonces úsalo.
Para decidir mejor.
Para construirte distinto.
Para no dejarte igual.
Esto es #DiariodeunMentor.
Y no he venido a acariciarte el ego.
He venido a recordarte que puedes ser mucho más… si dejas de contarte que ya estás hecho.
0 comentarios