#diariodeunmentor El impuesto oculto del «que dirán»
Vamos a hablar de un impuesto invisible.
Uno que no aparece en Hacienda.
Uno que no está en tus hojas de cálculo.
Uno que no tienes registrado en tu Excel de “pérdidas y ganancias”…
Pero que está ahí.
Cada día.
A cada hora.
Clavándote euros invisibles en la frente.
Se llama: “el impuesto del qué dirán”.
Y es brutalmente caro.
Pero no te preocupes, no eres el único que lo paga. Lo pagan muchos emprendedores. Demasiados. He visto a decenas en mis sesiones de mentoría congelar su crecimiento… no por falta de ideas, ni de recursos, ni de talento.
Sino por culpa de una sola pregunta:
“¿Qué van a pensar si hago esto?”
El coste de oportunidad no sale en la factura, pero se cobra con intereses
Si tienes una empresa o estás emprendiendo y aún no entiendes esto, apunta:
Cada vez que decides no hacer algo por miedo al qué dirán… estás perdiendo dinero.
No en teoría.
No como concepto filosófico.
Literalmente.
¿Querías lanzar un producto nuevo?
¿Querías hacer una campaña distinta?
¿Querías salir en un vídeo y mostrar tu cara?
¿Querías subir tus precios?
Pero no lo hiciste… porque “uy, ¿y si se ríen?”
Y ahí lo tienes: el coste de oportunidad económico de tu cobardía.
No, no exagero.
Vamos a ponerle cifras.
Ejemplo que duele más que los impuestos
Tienes un curso que podrías vender por 497 €.
Sabes que, si lo sacas en abierto y haces un lanzamiento decente (aunque no perfecto), podrías facturar al menos 5.000 € al mes.
Pero no lo haces.
Porque “te falta algo”.
Porque “todavía no estás listo”.
Porque “no sabes qué pensarán tus colegas”.
Y ese “no lo haces” se repite cada mes.
Y se convierte en un coste silencioso de 60.000 € al año.
Y tú, feliz con tus 2.000 € mensuales, mientras miras vídeos de gente que “sí se atrevió”.
¿Quién es ese “alguien” que tanto te preocupa?
Lo más ridículo de todo esto es que ese “qué dirán” casi nunca es real.
¿Sabes quién suele criticar?
– El que no emprende.
– El que no factura.
– El que no arriesga.
– El que no tiene ni puta idea de lo que haces.
¿Y sabes quién nunca se mete contigo?
– El que te admira en silencio.
– El que quiere aprender de ti.
– El que está esperando a que lances algo para comprártelo.
Pero no. Tú te callas. Tú te ocultas. Tú prefieres que no hablen mal de ti… aunque eso implique que no hablen nada de ti.
¿Eres empresario o exclavo de la validación ajena?
Cada vez que te adaptas al miedo, pierdes poder.
Y un empresario sin poder no lidera.
No vende.
No impacta.
No deja huella.
Es un figurante en su propio negocio.
Es el tipo que en vez de actuar… “imagina” todo lo que haría si no le importara el qué dirán.
Y mientras imagina… otros facturan.
¿Quieres hacer algo útil hoy?
Haz esto:
-
Escribe una lista de todo lo que NO has hecho por miedo a “qué pensarán”.
-
Al lado, pon una estimación de lo que te habría generado.
-
Suma.
-
Llora (un poco).
-
Levántate.
-
Hazlo.
¿Duele?
Sí.
¿Merece la pena?
Muchísimo más que seguir siendo el esclavo emocional de cuatro personas que, si mañana fracasas, ni siquiera te van a escribir.
Consejo de mentor (formato colleja)
Cada “qué dirán” que te tragas…
…es un billete que tiras.
Cada acción que pospones…
…es una oportunidad que pierdes.
Cada decisión que no tomas…
…es un futuro que no construyes.
Y tú estás aquí para construir.
No para pedir permiso.
Así que toma una decisión empresarial de verdad:
Empieza a facturar… y deja de imaginar.
Y si alguien habla mal de ti, que lo haga mirando tu escaparate lleno.
Porque el miedo no paga facturas.
Y tú no estás aquí para entretener a los escépticos.
Estás aquí para facturar, aportar, liderar y crecer.
Lo demás… es teatro mental.
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