#diariodeunmentor Cuídate de los “YO MÁS”

por | 9 Oct, 2025 | Uncategorized

Seguro que los conoces.

Están en todos lados.

Y se cuelan en cualquier conversación.

Tú cuentas algo que te dolió, y ahí están:

“Pues yo lo pasé peor.”

Tú compartes un logro, y zas:

“Pues yo conseguí algo mucho más difícil.”

Tú expones un reto, una anécdota, un aprendizaje…

Y siempre, siempre, aparece el “YO MÁS”.

Esa gente que no escucha: compite.

Que no comparte: presume.

Que no aporta: se compara.

Y lo peor no es que molesten.

Lo peor es que intoxican.

Porque te obligan a convertir la conversación en una pelea de egos.

Y tú, que solo querías abrir una reflexión…

Acabas defendiéndote, midiéndote, justificándote con una cinta invisible.

Y nadie gana con eso.


Pero déjame contarte una historia.

Una historia real (o no, pero da igual, porque enseña lo que importa).

Un rey engreído y altanero, harto de su vida de excesos, decidió convertirse en monje.

Se unió a un sabio y sus discípulos, que lo miraban con desconfianza.

–“No va a aguantar ni dos días” – murmuraban.

Pero el sabio les respondió:

– “Será más fiel que vosotros. Este tipo de personas tienen algo que pronto entenderéis.”

Y así fue.

El rey, ahora convertido en aprendiz de monje, no solo aguantó…

Caminaba sobre espinos, ayunaba más que nadie, sufría más que nadie, se esforzaba más que nadie.

Se convirtió en el mejor de los monjes.

¿Por qué?

Porque su ego no sabía estar en el medio.

Si antes fue el más hedonista… ahora sería el más asceta.

Si antes era el rey de reyes… ahora sería el mártir entre los mártires.

El sabio lo explicó así:

– “El ego siempre necesita ser el número uno. Aunque sea en sacrificio.”

Y esa es la clave:

El ego no busca equilibrio.

Busca ser el mejor.

Incluso si eso te lleva al extremo y te destruye.


Y en los negocios… esto es más común de lo que parece.

Ese emprendedor que necesita tener la última palabra.

Ese directivo que no puede soportar que otro tenga una idea mejor.

Ese socio que prefiere tener razón antes que tener resultados.

Y sí, tú también puedes ser ese “YO MÁS” sin darte cuenta:

– Cuando alguien te cuenta una idea, y tú sueltas: “Yo ya hice algo así hace años.”

– Cuando alguien comparte su miedo, y tú dices: “Lo mío fue peor.”

– Cuando alguien celebra algo pequeño… y tú vas con tu premio gordo para eclipsarlo.


Mi consejo como mentor:

Rodéate de gente que no necesite competir para validar su identidad.

Y empieza tú por ser uno de ellos.

Porque al final, el liderazgo no va de ser el más, sino de ser mejor.

De sumar, no de eclipsar.

De aportar, no de alardear.

Y recuerda esto:

El verdadero líder no necesita decir “yo más”.

Porque los demás ya lo saben.

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