#diariodeunmentor El efecto Will Rogers explicado con Los Simpson (y por qué a veces mejoras… sin mejorar nada)
Hay algo que me fascina de este fenómeno: parece un chiste, pero te jode las estrategias si no lo entiendes bien.
Lo llaman el Efecto Will Rogers, y tiene nombre de humorista, pero se cuela en tus métricas, en tus decisiones, en tus comparaciones… y hace que te creas que vas bien, cuando en realidad estás igual o peor.
Así que hoy te lo explico con ejemplos reales. Y sí, con Los Simpson, porque si algo tienen esos dibujos es que lo explican todo mejor.
¿Qué es el Efecto Will Rogers?
El nombre viene de una frase irónica de Will Rogers (humorista americano), cuando dijo:
“Cuando la gente de Oklahoma se muda a California, sube el promedio de inteligencia de ambos estados”.
Una broma… que es estadísticamente posible.
¿La clave?
Cambiar elementos de grupo puede mejorar el promedio de ambos… sin que ningún individuo haya mejorado realmente.
Traducción empresarial: puedes mover tus recursos, redefinir tus métricas o cambiar tu entorno, y que todo parezca mejorar… sin que haya ninguna mejora real.
Ahora vamos con Los Simpson
Imagina 3 personajes:
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Ned Flanders = el “modelo” ideal, el M0, el que tiene la mejor salud, resultados o rendimiento.
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Homer Simpson = el que está en el limbo, el que parece M0… hasta que lo analizas mejor.
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Abraham Simpson (el abuelo) = claramente el peor grupo, el M1, con los peores datos o rendimiento.
Supongamos que tienes un grupo de Ned Flanders y un grupo de Abes.
Pero un día, haces un PET-TC (en el mundo empresarial esto es cambiar tus criterios, tu CRM, tu forma de medir rendimiento o simplemente ver las cosas con más lupa) y descubres que Homero no es tan Flanders como creías. En realidad, está más cerca del abuelo.
Lo cambias de grupo.
Y entonces, magia estadística:
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El grupo de Ned se queda más “puro”, así que su promedio mejora.
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El grupo de Abe recibe a Homero, que es “mejor” que los demás, así que su promedio también mejora.
Pero nadie ha mejorado realmente.
Solo has recolocado a Homer.
¿Cómo se traduce esto en tu negocio?
Muy fácil.
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Cambias a un vendedor que no vendía en equipo A, al equipo B… y ambos equipos mejoran.
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Rebajas los objetivos de un proyecto y de repente… “cumples todo lo planificado”.
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Sacas a tus peores clientes de la media… y ahora tu “NPS” se dispara.
Todo parece avanzar. Pero nada avanza en realidad.
¿Dónde te sabotea el Efecto Will Rogers sin que lo notes?
En ti:
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Te comparas con gente más floja y te crees que vas mejor.
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Ajustas tus métricas a la baja para que “los números salgan”.
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Bajas la exigencia y te sientes bien solo porque tu estándar ahora es más bajo.
En tu equipo:
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Recolocas responsabilidades para que los informes mejoren.
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Recalculas ratios para que parezcan más positivos.
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Evitas comparaciones reales para no enfrentar lo que no te gusta ver.
La pregunta clave que te debes hacer hoy mismo
¿Esto es progreso real… o una ilusión estadística?
Porque el problema de estos “Homers en la métrica” es que:
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No mejoran nada.
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Pero te hacen sentir que sí.
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Y eso te impide tomar decisiones reales.
¿Cómo evitar ser engañado por Homer?
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Mide lo que importa. No lo que te conviene.
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No compares grupos. Compara valor individual real.
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Deja de recolocar piezas para que el tablero te guste. Cambia el juego.
Porque al final, mover a Homer no lo hace más Flanders. Y tampoco hace que el abuelo rejuvenezca.
Solo te hace perder tiempo y vivir en una ilusión que, tarde o temprano, te estallará en la cara.
¿Y tú? ¿Qué Homers tienes camuflados en tu negocio?
¿A qué Ned Flanders estás exigiendo de más?
¿Y a qué Abe Simpson estás premiando solo porque ahora parece menos malo?
Revisa. Repiensa. Reacciona.
Porque si te mientes con los números, ellos no te van a salvar.
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