Para este Domingo os traigo una historia que seguro os suena, «alguien» quiere algo, hasta que otra persona le dice el «precio» real de lo que cuesta.

Espero que os pueda inspirar, te dejo 2 preguntas al final de la historia junto con una reflexión.

En una ocasión se celebró una fiesta en la que un pianista mundialmente famoso daba un recital. Después de su actuación, la anfitriona le dijo al pianista:

– Haría lo que fuera por tocar como usted.

El pianista la miró pensativamente un momento y replicó:

– No, no haría lo que fuera.

La anfitriona sorprendida y avergonzada frente a sus invitados, dijo:

– Sí, si haría cualquier cosa.

El pianista negó con un gesto de la cabeza y exclamó:

– Le fascinaría tocar como yo en este momento, pero no estaría dispuesta a practicar ocho horas al día durante los próximos veinte años para alcanzar este dominio.

Todos guardaron silencio y se quedaron mirando sus platos. Nadie objetó, porque sabían que el pianista tenía razón. La anfitriona se equivocaba. Quería ser pianista y tocar en concierto, pero no estaba dispuesta a pagar el precio para convertirse en pianista.»

Todos los deseos tienen su precio. Puedes tener todo lo que quieras si estás dispuesto a pagar el precio. Tu disposición a pagar ese precio es lo que te otorga el poder de generar la causa para que tu deseo se cumpla.

Si estás cien por cien dispuesto a pagar el precio, entonces tienes cien por cien de probabilidades de tener éxito. Si sólo estas dispuesto en un cincuenta por ciento a pagar el precio, entonces tendrás un cincuenta por ciento de probabilidades de tener éxito. Es una simple cuestión de causa y efecto. El precio es la causa, y el deseo es el efecto. Paga el precio y el deseo se cumplirá por sí solo.

Dos preguntas interesantes:

¿Por qué estás dispuest@ a pagar ese precio?

¿Qué razones tienes para que tu deseo/sueño/proyecto/objetivo se cumpla?

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