#diariodeunmentor El cuento de la lechera versión emprendedor siglo XXI

por | 6 Oct, 2025 | Uncategorized

Nos enseñaron que el problema de la lechera fue soñar demasiado.

Que por pensar en el vestido, se le cayó el cántaro.

Que por imaginar el futuro, perdió el presente.

Que por fantasear con el éxito… no llegó a la cena.

Pero nadie te dijo la parte que importa hoy, en 2025:

El problema no es soñar. El problema es no ejecutar.

La versión moderna del cuento tiene otro final.

Y otro protagonista: tú.

Un padre, una vaca y la hostia que muchos emprendedores necesitan

-«Cuando tengan doce años, les contaré el secreto de la vida»; decía un campesino a sus hijos cuando eran pequeños.

Los niños, intrigados por la aseveración, esperaban impacientemente hasta que cumplían la edad acordada.

El día del décimosegundo aniversario de cada uno de los muchachos, el padre los apartaba y les hacía prometer que no revelarían el secreto a los demás hermanos. Los llevaba al establo, deteniéndose frente a la vaca de la familia, y susurraba en el oído del cumpleañero:

-“El secreto de la vida es que la vaca no da leche”.

-“¿Qué es lo que dices?”, preguntaba incrédulo el muchacho.

-«Si todas las mañanas vemos cómo llegas a la casa con un gran balde de leche después de estar con la vaca”.

-“Tal como lo escuchas, hijo”; respondía el hombre mayor.

-“La vaca no da leche. Tienes que levantarte a las cuatro de la mañana todos los días, haga mucho frío o calor, T-O-D-O-S LOS DÍAS. Sales al campo, caminas por el corral lleno de excremento, te acercas a la vaca, le atas la cola y las patas. Luego te sientas en el banquito, colocas un balde y comienzas la ordeña.

– Este es el secreto de la vida hijo mío, ni la vaca, ni la cabra, ni la oveja te dan leche, o te esfuerzas y las ordeñas o no te darán nada. Por desgracia hay muchas personas que piensan que las vacas dan leche, que las cosas son automáticas y gratuitas, que la vida es solo cuestión de desear, pedir y obtener. Y yo hijo mío, no quiero que seas una de ellas.

Recuerda para siempre esta gran lección, cada vez que quieras conseguir algo, debes pagar el precio en en esfuerzo, en disciplina y en sacrificio, ya sea llevar la leche a casa, montar una empresa, formar a una familia… todo sigue el mismo patrón que hoy te estoy enseñando.

-«¿Tienes alguna duda?» -dijo el padre sonriendo…

-«No, papá, me ha quedado clarísimo.» respondió el hijo que acababa de recibir la lección más importante de su vida.

«Ahora recuerda, no decir nada a tus otros hermanos.» mientras acariciaba su pelo en un gesto complice.

Bienvenido a los negocios de verdad versión establo

Olvídate de unicornios, startups con rondas millonarias y oficinas con futbolín.

Tu realidad, si de verdad emprendes, es esta:

– Mucho barro.

– Pocas palmaditas.

– Cero garantías.

– Clientes que no contestan.

– Presupuestos que se esfuman.

– Y un cubo vacío al que tú decides si llenas o no.

Y lo más peligroso no es no tener leche…

Es pensar que te la van a regalar.

¿Qué te pasa, emprendedor lechera?

Porque ya te veo.

– Soñando con lo que vas a facturar… sin tener clientes.

– Planificando 2026… sin haber vendido nada en septiembre.

– Visualizando el éxito… sin moverte del sofá.

– Haciendo mil cursos y cero propuestas.

– Mejorando tu web, pero sin visitas.

Y no, no eres ambicioso.

Eres la lechera. Con camiseta motivacional. Y el cubo vacío.

Tres errores modernos que harían reventar el cántaro en 2025

  1. Confundir soñar con planificar.

    Decir que vas a facturar 200.000 este año no es tener un plan.

    Un plan es: ¿cuánto necesitas vender? ¿a qué precio? ¿a quién? ¿cuándo? ¿cómo? ¿con qué acciones concretas HOY?

  2. Empezar por lo bonito.

    Te obsesionas con el logo, la marca, el tono de comunicación… pero no tienes ventas.

    Cuidado: puedes estar tuneando un coche sin motor.

  3. Creer que visualizar sustituye al trabajo.

    “Visualiza la abundancia”, dicen.

    ¿Y sabes qué? Puedes visualizar un filete todo lo que quieras… pero si no cocinas, te comes aire.

Mientras tú sueñas…

– Otro emprendedor está llamando a clientes.

– Otro está cometiendo errores reales, no solo mentales.

– Otro se lanza sin saberlo todo… pero avanza.

– Otro cobra mientras tú piensas si tu web refleja tus valores.

Y mientras tú sigues soñando con la leche que “algún día tendrás”…

…ellos ya están desayunando.

¿Quieres mi consejo como mentor?

Ponte el despertador antes de soñar.

– ¿Quieres una empresa rentable? Haz llamadas, no afirmaciones.

– ¿Quieres visibilidad? Publica, equivócate, mejora.

– ¿Quieres libertad? Cúrratela como si la tuvieras.

– ¿Quieres reconocimiento? Entrega tanto valor que el mercado no pueda ignorarte.

Y por favor…

Deja de pensar que el universo te lo debe todo.

El universo ya te dio una vaca.

Ahora te toca ordeñarla.

Así que ya sabes…

– Deja de mirar el cántaro vacío.

– Deja de imaginar el coche que vas a comprar.

– Deja de contar mentalmente lo que facturarás “cuando esto arranque”.

Y empieza a mancharte las manos.

Porque la diferencia entre tú y el que lo consigue…

…no es el talento.

No es la idea.

No es el universo.

Es que él se puso a ordeñar.

Y tú te quedaste soñando con el queso.

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