Cuando mentorizo a empresarios, emprendedores o simplemente a gente que quiere avanzar, hay un cuento que siempre repito. No porque sea bonito, ni porque tenga moraleja de autoayuda barata.

Lo cuento porque revela una verdad que no suele gustar: el problema no es la dificultad del reto, el problema es que tú todavía no eres lo suficientemente fuerte para superarlo.

Y aquí es donde la mayoría fracasa.

No porque el obstáculo sea imposible, sino porque se convencen de que lo es.

Pero la montaña no crece.

Eres tú quien aún tiene margen para hacerlo.

El reto de los tres leones

Una selva donde tres leones luchan por ser el rey.

Son los más fuertes, los más grandes, los más preparados.

Pero hay un problema: solo puede haber uno que mande sobre los demás.

Así que los animales deciden ponerles a prueba. El reto es simple: el primero que llegue a la cima de la Montaña Difícil, será el rey.

No una colina, no un montículo. La Montaña Difícil. Un desafío que jamás nadie ha logrado superar.

El primer león se prepara, corre, escala con todas sus fuerzas… pero fracasa. No puede llegar. Agotado, se rinde.
El segundo león lo intenta con la misma intensidad. Sube, se aferra, avanza más que el primero… pero también cae.
El tercero lo intenta con la misma convicción. Se esfuerza al máximo. Y como los otros dos, fracasa.

El problema es obvio: si ninguno ha podido, ¿cómo elegir al rey?

Y aquí entra en escena el águila, el animal más sabio de la selva.

— Sé quién debe ser el rey —dice.

— ¿Cómo? —preguntan los animales.

— Porque yo escuché lo que cada león dijo cuando fracasó.

  • El primer león, al bajar derrotado, dijo: «Montaña, me has vencido.»
  • El segundo león, al bajar derrotado, dijo: «Montaña, me has vencido.»
  • El tercer león, al bajar derrotado, dijo: «Montaña, me has vencido… por ahora.»

Y en esa última frase está la clave.

La montaña ya había alcanzado su tamaño final.

Pero el tercer león sabía que él todavía tenía margen para crecer.

Ese fue el león que coronaron como rey.

Y aquí es donde entra tu problema

Mucha gente lee este cuento y asiente con la cabeza, como si acabaran de descubrir una gran verdad.

Otros se quedan en silencio, intentando encontrarle una aplicación a su propia vida.

Y unos pocos sonríen con ironía, como diciendo: «Qué bonito suena, pero la vida real no funciona así».

Bien.

Sigamos con la vida real.

¿Cuántas veces te has convencido de que algo es imposible solo porque hoy no tienes la capacidad para lograrlo?

¿Cuántas veces te has dicho frases como:

  • «No sé vender.»
  • «No puedo liderar un equipo.»
  • «No soy bueno en esto.»
  • «No tengo la capacidad para hacerlo.»

Esa es la mentalidad de los dos primeros leones.

Aceptas la derrota como un hecho, como algo definitivo.

El tercer león, en cambio, entiende algo crucial: todavía no está listo, pero puede estarlo.

Y si entiendes esto, has ganado la mitad de la batalla.

Los tres tipos de mentalidad y por qué solo una funciona

Hay tres formas de reaccionar ante una dificultad.

1️⃣ Mentalidad de rendición absoluta
El primer león ve que la montaña es demasiado grande y decide que no vale la pena volver a intentarlo.

Es la gente que dice: “Esto no es para mí” y se retira antes de empezar.

Esta es la mayoría.

2️⃣ Mentalidad de falsa lucha
El segundo león lucha, lo intenta, pero cuando fracasa asume que ese es su techo y se conforma con lo que tiene.

Es la gente que se dice: «Bueno, al menos lo intenté.»

Se engañan a sí mismos creyendo que hicieron lo suficiente, pero en el fondo, ya decidieron que no vale la pena seguir intentándolo.

Este grupo es el más peligroso, porque creen que hicieron lo correcto, pero en realidad, nunca llegaron hasta el final.

3️⃣ Mentalidad de crecimiento imparable
El tercer león fracasa pero sabe que su historia no acaba ahí.

Sabe que la montaña ya está en su tamaño final, pero él no.

Sabe que el problema es inmenso, pero su capacidad aún puede ser mayor.

Y esta es la gente que al final logra lo que los demás llamaron imposible.

Moralejas que nadie te ha dicho (porque prefieren que sigas en la mediocridad)

1️⃣ Si crees que no puedes, todavía no puedes.
Decir “no puedo” y decir “no puedo todavía” son dos cosas completamente distintas.

No es lo mismo decir:
❌ «No sé vender.»
✅ «No sé vender… por ahora.»

❌ «No sé delegar.»
✅ «No sé delegar… por ahora.»

Cada vez que te encuentres diciendo que algo es imposible, agrégale un «por ahora» al final.

Verás cómo cambia la perspectiva.

2️⃣ Tu problema no es más grande. Tú eres el que sigue siendo pequeño.
Tu negocio no está estancado porque «el mercado está difícil». Está estancado porque tú no has aprendido a moverlo bien.

Tus finanzas no están mal porque «todo está caro». Están mal porque sigues usando la misma estrategia financiera que te ha llevado a la ruina.

No son los problemas los que crecen. Eres tú quien todavía no se ha desarrollado lo suficiente para superarlos.

3️⃣ Si te rindes, la montaña sigue ahí.
El primer y el segundo león abandonaron.

La montaña no desapareció.

Siguió ahí, esperando al que estuviera dispuesto a seguir creciendo hasta poder escalarla.

Ese fue el tercer león.

Ese es el único tipo de persona que logra lo que otros creen imposible.

Ahora dime: ¿qué montaña tienes delante?

Piensa en tu mayor problema ahora mismo.

  • ¿Ese negocio que no despega?
  • ¿Ese equipo que no funciona?
  • ¿Ese proyecto que parece imposible de cerrar?

Lo que sea.

Míralo bien.

La montaña no crece más.

Pero tú sí puedes.

Si decides que hoy no puedes, que sea solo por ahora.

Porque la historia no se acaba aquí.

¿Vas a aceptar la derrota o vas a volver a intentarlo?

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