“¿Multiplicar por diez más fácil que por dos? ¡Ni de coña!”.
Eso fue lo primero que pensé la primera vez que escuché a Dan Sullivan, el gurú de la estrategia empresarial, decirlo. “10X es más fácil que 2X”.
¿Más fácil? ¿Qué clase de magia empresarial es esa? Pero, spoiler: tenía razón.
Y si me das unos minutos, te voy a explicar por qué perseguir un 10X (sí, multiplicar tu negocio por diez) es no solo posible, sino más simple que ese cansino y frustrante “crecer poquito a poquito”.
El gran error del 2X: el síndrome del hámster
Imagina que quieres duplicar tus ingresos. Suena bien, ¿no? Ahora piensa cómo lo harías.
- Trabajas más horas.
- Atiendes más clientes.
- Tiras más presupuesto en campañas mediocres.
- Acumulas estrés.
Y al final, ¿qué tienes? Un negocio que apenas te deja respirar. Y todo para llegar, con suerte, al doble de lo que ganabas antes. Es como correr en la rueda de un hámster: no importa cuánto te esfuerces, el panorama no cambia.
¿Por qué? Porque el 2X es incremental. Es más de lo mismo. Y, sinceramente, no estás aquí para quedarte atrapado en un bucle de mediocridad, ¿verdad?
10X: La filosofía de los que lo están «petando» mucho
Cuando apuntas a 10X, no puedes permitirte más de lo mismo.
- No hay horas suficientes en el día para trabajar 10 veces más.
- No puedes conseguir 10 veces más clientes respondiendo emails manualmente.
- No puedes ni siquiera imaginarte corriendo como loco en esa rueda de hámster a velocidad x10.
Porque el 10X te obliga a:
- Eliminar el 80% de lo que haces.
No puedes crecer diez veces arrastrando el peso muerto de lo que apenas funciona. Ese 80% de tareas, reuniones y proyectos que te ocupan pero no te acercan a tus metas… adiós. - Reformular tu enfoque.
Cuando piensas en grande, dejas de centrarte en lo trivial y empiezas a buscar lo que realmente genera impacto. El 10X es la dieta keto de los negocios: cortas todo lo que no alimenta tu crecimiento. - Automatizar y delegar: el Mamut y el Halcón.
Si sigues pensando que todo depende de ti, olvídate del 10X.
Para lograrlo, necesitas identificar las tareas Mamut (las enormes y pesadas que te frenan) y delegarlas o automatizarlas. Mientras tanto, enfócate en las tareas Halcón: las que requieren tu visión estratégica y te elevan a nuevas alturas.
(Pronto habrá novedades sobre cómo entrenar estos conceptos, pero empieza por identificarlas ahora mismo). - Subir la calidad de tus clientes.
El 10X no pasa por convencer al cliente barato de que pague más. Pasa por encontrar clientes premium que valoren lo que ofreces y estén dispuestos a pagarlo sin pestañear. - Ver las cosas de forma exponencial.
El 10X no es hacer más. Es hacer menos, pero mejor. Es buscar estrategias que crezcan como una bola de nieve, donde cada pequeño cambio produce resultados desproporcionados.
Un ejemplo real: la historia de Raúl
Raúl, un emprendedor al que mentorizo, llegó a mí completamente saturado. Quería duplicar sus ingresos y estaba trabajando 12 horas al día para lograrlo. ¿El problema? Todo el trabajo del mundo no lo estaba acercando ni un poco a ese objetivo.
Le dije:
—“Raúl, déjate de 2X. Apunta a 10X.”
Al principio, me miró como si le hubiera pedido que volara. Pero le expliqué:
- No necesitas más clientes, necesitas mejores clientes.
- No necesitas más horas, necesitas sistemas que trabajen por ti.
- No necesitas más productos, necesitas un producto premium que nadie pueda igualar.
En seis meses, Raúl pasó de perseguir clientes por precios ridículos a cerrar contratos cinco veces más grandes con clientes que realmente valoraban su trabajo. No duplicó su negocio. Lo multiplicó por ocho.
Cómo aplicar el 10X en tu vida y negocio
¿Listo para soltar la rueda del hámster? Aquí tienes el plan:
1. Identifica el 80% inútil.
Haz una lista de todo lo que haces en tu día a día. Ahora pregúntate: ¿qué de esto realmente genera resultados? Todo lo que no lo haga, elimínalo o delega.
2. Diseña tu negocio para clientes premium.
Deja de intentar agradar a todo el mundo. Encuentra a ese 20% de clientes que realmente valoran lo que haces y construye tu negocio alrededor de ellos.
3. Haz menos, pero mejor.
La calidad siempre gana a la cantidad. Trabaja en menos proyectos, pero asegúrate de que cada uno sea un golpe maestro. (esto te enseñaré pronto)
4. Piensa en grande. Siempre.
El 10X empieza en tu cabeza. Si sigues pensando en pequeño, seguirás obteniendo resultados pequeños.
¿Te atreves a lograr 10X?
El 2X es el camino de los que quieren estar ocupados. El 10X es el camino de los que quieren ser libres.
Así que, dime:
¿Vas a seguir corriendo en la rueda del hámster, acumulando estrés por unos pocos euros más?
¿O vas a soltarlo todo, repensar tu negocio y apuntar a un crecimiento que realmente te cambie la vida?
Tu decisión. Pero recuerda: el 10X no solo es posible. Es más fácil de lo que crees.
Y si necesitas un empujón para empezar, ya sabes dónde encontrarme. 😉