Quizás el mejor cuento que haya recibido y que por supuesto le contaré a mi hija cuando se haga mayor. Espero pueda servir de lección a muchas personas…
Sin más el cuento;
Una niña llega a casa muy enfadada y le dice a su padre:
– ¡Papá, ya no aguanto más a la vecina! Quiero matarla, pero tengo miedo que me descubran. ¿Puedes ayudarme con eso?
El padre le responde:
– Claro que sí mi amor, pero hay una condición…
Tendrás que hacer las paces con ella para que después nadie desconfíe que fuiste tú cuando ella muera. Para no levantar sospechas, tendrás que cuidarla muy bien, ser gentil, agradecida, paciente, cariñosa, menos egoísta, ayudarla siempre, escucharla más…
-¿Ves este polvito? -señalo el padre mientras se acercaba a ella y se lo entrega. Todos los días pondrás un poco en su comida.
Así ella morirá poco a poco y nadie podrá decir que la mataste tú.
Pasados 30 días, la hija va corriendo a decir al padre:
-Papá, ya no quiero que ella muera. La amo, me he dado cuenta que es una súper amiga y que estaba equivocada, me arrepiento mucho!!!!!!
¿Y ahora? ¿Cómo hago para cortar el efecto del veneno?- Dijo llorando desconsolada.
El padre tranquilizándola le responde;
– ¡No te preocupes! Lo que te di fue polvito de arroz.
Ella no morirá, porque el veneno estaba en ti cariño.
Ahora que la conoces mejor y que sabes que estará bien, disfruta de su amistad y recuerda esta lección cada vez que sientas ira, odio o rabia hacia otra persona…
Termino este bonito cuento con una frase memorable de Nelson Mandela;
«El rencor es como tomar veneno y esperar que mate a tus enemigos»
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