Cuando solo piensas en ti, en lo que puedes sacar a cambio y te pones en «modo egoísta», dejas de conseguir cosas increíbles, como le pasa al protagonista de esta historia.

Nunca sabes donde puedes tener una oportunidad, quizás alguien este viendo como te comportas, o como actúas bajo presión, o simplemente quiera evaluar de que pasta estas hecho/a.

Pero en el mundo hay muchas personas que «racanean» esfuerzos, por eso quien no pone todo su talento, pasión, ilusión, experiencia y conocimientos en su vida personal, profesional o deportiva, termina obteniendo lo que siembra…

Espero que os pueda servir de inspiración:

Un Empresario le dijo a su empleado:

Quiero que me construyas una casa; aquí están los planos, ¡Quiero que la hagas conforme este diseño!… ¡No quiero que falte nada!

El empleado tomó los planos y molesto porque le faltaban sólo 3 meses para jubilarse, comenzó a decirse: ¡Me faltan 3 meses para jubilarme y este hombre me da un trabajo para seis meses, pues lo haré!… ¡Pero voy a utilizar materiales de segunda, no me voy a esmerar mucho, haré lo que pueda, y así me quedará dinero para mi!


Las columnas las hizo sin mucho esmero, usó materiales baratos y de segunda, en toda la edificación de la casa utilizo materiales no acordes a la estructura y solo se esmero en la fachada para engañar al dueño, y lo que podía saltarse en la fabricación lo hizo, de tal manera se «ahorraría» el tiempo que necesitaba normalmente para hacerlo y así irse lo mas pronto posible.


Cuando terminó la edificación, se presentó el dueño y miró la casa, observó que habían algunos detalles pero se acercó a su empleado y le dijo: ¡Toma las llaves!… ¡Este es tu regalo!… ¡Por todos los años que me has servido!… ¡Esta es tu casa!


¿Cómo crees que se sintió este hombre al oír aquello?

 

Él lamentablemente había cosechado lo que había sembrado…

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